Gerardus Mercator ideó en 1569 un tipo de proyección cartográfica para elaborar mapas de la superficie terrestre que lleva su nombre, la proyección Mercator. Esta proyección ha sido muy utilizada desde el siglo XVII para cartas náuticas porque permitía trazar las rutas de rumbo constante como líneas rectas e ininterrumpidas, a diferencia de otras proyecciones más precisas. Es un tipo de proyección cilíndrica tangente al ecuador. Como tal, deforma las distancias entre los meridianos (en la tierra son como "gajos" de polo a polo) en líneas paralelas, aumentando así su ancho real cada vez más a medida que se acerca a los continentes. Ahora bien, proyectar una esfera sobre una superficie plana, deforma inevitablemente las proporciones de los territorios. Los cartógrafos lo saben desde hace siglos y también saben que es matemáticamente imposible representar de manera perfecta la superficie curva de la Tierra sobre un plano. Cualquier proyección sacrifica algo: proporciones, forma...
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