Es frecuente que cada poco tiempo aparezca un invento que se pone de moda entre los más pequeños. Los tazos, las pulseras de goma, los Tamagotchi... y ahora los Spinners. En esta ocasión, sin embargo, el invento ha traspasado la frontera de la edad y no es extraño contemplar a un adulto utilizarlo. Catherine Hettinger inventó el objeto allá por el año 1993 a raíz de una enfermedad que le provocaba fatiga constante. El spinner era una buena manera de seguir jugando con su hija a pesar del dolor muscular que le producía su enfermedad. Lamentablemente, perdió la patente pues no pudo pagar los 360 euros que costaba su renovación. Inicialmente los spinners se extendieron como remedio antiestrés y ya hay aplicaciones para Smartphone que reproducen el juego. El éxito seguramente se debe a que el objeto cabe en la palma de la mano y tiene un mecanismo sencillo que permite hacer girarlo sobre un dedo. Sus usuarios, no obstante, han desarrollado su ingenio par...
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