El sistema educativo que tenemos hoy se diseño en la era industrial (finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX) para responder a las necesidades del momento: niños bien preparados en una serie de materias, disciplinados, con horarios fabriles, actividades regladas como en una cadena de producción; buenos trabajadores. Hasta la arquitectura de muchos colegios actuales recuerda todavía a las fábricas. Es indudable que la educación se ha acomodado a los tiempos presentes pero, en lo sustancial, el sistema no ha variado demasiado. Podemos creer en su utilidad (si me remito a mi experiencia personal con los estudios que cursé, hablar de utilidad sería más que un acto de fe) pero prevalece una visión estrecha y unívoca de la educación. ¿Dónde están los sentimientos , las emociones , el cuerpo , la imaginación ? En este contexto, no es sorprendente que las personas estemos tan condicionadas a la hora de poner en marcha nuestra capacidad creativa.
Personas. Productos. Procesos. Ambiente.