Todos los desafíos tienen solución. Probablemente, más de una. Muchas veces, eso sí, nos sentimos incapaces de encontrarla y señalamos con tranquilidad que "eso es imposible". Pero sí se quiere, se puede. Ahí tenemos el ejemplo del impresionante puente de Patra, en Grecia, que une el Peloponeso con el resto del continente. El puente es el más largo en su tipo del mundo (tablero continuo de 2252 metros) y la complejidad que tuvo que superar para hacerse realidad fue tremenda. Agua de 65 metros de profundidad, fondo inestable, zona con una alta actividad sísmica... los desafíos no eran pequeños. La solución final fue, hasta cierto punto, contraintuitiva: un tablero continuo que se mueva como un péndulo durante un posible terremoto y que permita a su vez movimientos significativos entre las bases adyacentes. El puente puede soportar: la colisión de un buque tanque de 180.000 toneladas navegando a 18 nudos velocidades del viento de hasta 250 km/...