Keith Richards estaba solo en su habitación de un hotel en Florida cuando, resacoso y en un estado deplorable, tomó su guitarra, empezó a tocar y se le ocurrió un riff que repitió unas cuantas veces.
Richards buscó rápidamente su reproductor de casetes Philips y grabó en una cinta de 90 minutos un fragmento de la melodía, para a continuación caer dormido en un estado de inconsciencia profundo.
Al día siguiente, cuando despertó, no se acordaba de nada. La cinta se había terminado, la rebobinó, le dio al 'play' y sonaron 30 segundos de Satisfaction, en una versión con tono somnoliento. De repente la guitarra hizo ‘clang’, y a continuación vinieron unos 45 minutos de ronquidos.
Esos acordes le parecieron interesantes a Richards y decidió llevarle la cinta a Mick Jagger, que se puso a terminar de escribir el tema.
Los Rolling Stones, se metieron en los estudios RCA de Hollywood y grabaron la canción sin florituras, de manera sobria, directa. Era el 12 de mayo de 1965.
Cuando Keith Richards unos días después escuchó Satisfaction en una emisora de radio de Estados Unidos, se enfureció porque el manager de la banda la había publicado tal como la habían grabado, sin consultarles ni decirles nada.
Sin embargo, a los Stones no les dio tiempo a enfadarse. "I can’t get no (Satisfaction)" salió al mercado el 6 de junio en Estados Unidos y en cuestión de días llegó a número uno a ambos lados del Atlántico.
Era el primer tema de los Rolling Stones en alcanzar esa posición tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña.
Empezaba una leyenda.
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