Igualmente, los horarios de trabajo estándar fuerzan a los noctámbulos a un ritmo antinatural. El desempeño laboral de los llamados "búhos", en su conjunto, es mucho menos óptimo por las mañanas, y sin duda les impide expresar su verdadero potencial al final de la tarde y temprano en la noche, ya que a esas horas, los horarios de trabajo ya han terminado.
Los "búhos" piensan que sacrifican su sueño para trabajar en momentos que consideran ridículos (¿una reunión a las 8 de la mañana?).
La pandemia, sin embargo, ha favorecido el privilegio de levantarse más tarde a millones de nuevos teletrabajadores. Durante el encierro, la mayoría de personas comenzaron sus días más tarde, aunque no había vida nocturna que les mantuviera despiertos.
Como el trabajo a distancia ha venido para quedarse, tal vez ahora muchas personas podrán elegir sus propias horas de inicio y, los "búhos", acabar de una vez por todas con la tiranía de los madrugadores.
Todo ello, sin duda, tendrá un gran impacto en la creatividad.
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