En el año 2000, Blockbuster facturaba más de 5000 millones de dólares. Le surgió la oportunidad de comprar una compañía que estaba apenas surgiendo y también incorporar a su equipo director para gestionar su negocio digital. El precio era atractivo, apenas 50 millones de dólares. Blockbuster rechazó esa propuesta y se jactó de haberla declinado. Esa compañía se llamaba Netflix.
Cuatro años después, en 2004, Blockbuster contaba con más de 9000 tiendas en todo el mundo y el 25 % de la cuota mundial.
Empezando el 2021, Netflix factura más de 20.000 millones de dólares y Blockbuster no existe.
Las grandes compañías de hoy deberían saber comprar a las empresas de hoy que mañana serán gigantes.
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