Más de 23 millones de internautas de todo el mundo sufren cada día el robo de contraseñas por utilizar combinaciones poco seguras, obvias e intuitivas.
Los ciberdelincuentes utilizan programas especiales que van probando claves hasta dar con la correcta (la "qwertyuiop", una de las más usadas, el programa más sencillo tarda menos de 1 segundo en desvelarla).
Tener una contraseña segura es fundamental pues detrás de ella hay mucha información. Los expertos han trabajado mucho últimamente en biometría, esto es, en las técnicas de reconocimiento basadas en rasgos conductuales o físicos.
La biometría de voz marca un momento que se considera disruptivo en el campo de la identificación. Se estima que un plazo de menos de dos años todas las contraseñas serán sustituidas por los nuevos sistemas de identificación.
La voz, al ser una herramienta personal e intransferible, permite identificarse sin necesidad de recurrir a palabras clave memorizadas y simplemente comunicándose con el dispositivo, una de las acciones más naturales.
Resulta prácticamente imposible falsificar la voz de una persona para engañar a un sistema biométrico con o cual los problemas de seguridad quedan totalmente resueltos. Además también tiene validez legal (aunque la plataforma utilizada debe cumplir con el Reglamentoi Europea eIDAS) y supone un considerable ahorro de tiempo.
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