Un equipo de investigadores
de la Universidad de Tokio estaba investigando nuevos adhesivos cuando
uno de los estudiantes descubrió que uno de los compuestos que empleaban tenía la capacidad de adherirse a sí mismo cuando se
acercaban los bordes cortados.
Los investigadores realizaron nuevos
experimentos para confirmar que no había sido casualidad y que realmente se trataba de un
material capaz de repararse por sí solo cuando se cortaba, se volvían a juntar
los bordes y se presionaban durante 30 segundos a una temperatura ambiente.
El material en cuestión, el
poliéter de tiourea, no es el primer compuesto
con esta capacidad, pero lo verdaderamente novedoso es que no es blando como el caucho sino
"estructuralmente robusto" como el cristal.
También es notable su
capacidad para autorrepararse a temperatura ambiente, porque otros materiales
similares necesitan temperaturas de hasta 120 grados para eliminar roturas.
La esperanza es que este material se convierta en el estándar de las pantallas de los móviles, pero para esto todavía queda un trecho.
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