Si preguntásemos a 10 personas con qué identifican a la empresa Philips, 9 de ellas nos dirían que la empresa fabrica bombillas. Cierto. Hasta hace algunos años...
La visita a cualquier tienda china explica el porqué la empresa holandesa Philips ha disgregado su división de iluminación. Existen más de 50 compañías que fabrican bombillas y, además, el valor que aporta estar en ese negocio es muy limitado.
De ahí que Philips, a pesar de haber empezado fabricando bombillas incandescentes en el siglo XIX, decidió prescindir de su división de iluminación y también, de paso, vender su negocio de electrónica de consumo.
Ahora la empresa está centrada en los equipos de salud (escáneres, aparatos respiratorios, etc.), un mercado en crecimiento y que tiene amplios márgenes. La transición no está siendo sencilla. Los gigantescos gastos generales de la antigua estructura y la burocracia corporativa es difícil de modificar en un periodo relativamente corto (en 2012 se inició "la cirugía").
Todavía hay camino por delante pero parece que los inversores confían en la empresa holandesa y el cambio de modelo de negocio es irreversible.
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