Las empresas que se centran en la innovación a menudo se preocupan por cómo alentar a que la gente aporte ideas. Pero, ¿qué sucede cuando pides a la gente que participe en un esfuerzo de innovación y luego, por la razón que sea, no se hace nada con las ideas obtenidas?
Efectivamente, la innovación fracasa y los empleados más cínicos aprovechan el momento para hablar de lo que harán cuando les pidan en el futuro por más ideas...
Es evidente que, en estas situaciones, las empresa pierde una oportunidad de oro. La gente se compromete, se ilusiona aporta ideas y luego... y luego, ¡nada!
La innovación requiere de algo más que ideas. Por eso, al iniciar cualquier esfuerzo de innovación es fundamental pensar en el proceso a seguir después de haber obtenido las ideas.
La gente que ha aportado ideas siempre querrá saber por qué sus "brillantes" ideas no han sido elegidas o puestas en práctica.
Y esta respuesta la esperan relativamente pronto en el tiempo...
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