Si a un empleado de cualquier empresa le preguntamos adónde va cuando realmente necesita tener un buena idea nadie respondería algo relacionado con la oficina o el lugar de trabajo. Probablemente obtendríamos tres tipos de respuestas.
Un primer tipo hablaría del lugar, de la ubicación o de la sala.
Un segundo tipo de respuestas mencionaría un objeto en movimiento (en el tren, en el coche, en el autobús... tal vez camino del trabajo)
Finalmente, el tercer tipo de respuestas aludiría al momento del día. Estas personas señalarían que en realidad no importa tanto dónde estén sino si es a primera hora de la mañana, muy tarde por la noche o el fin de semana.
Lo cierto es que casi nunca se oye a alguien decir que cuando necesita tener una buena idea va a la oficina lo cual es tremendamente curioso porque allí es donde se espera que las personas seamos más productivos y que tengamos las mejores ideas.
(La interesante tesis de Jason Fried, escritor norteamericano y
autor del superéxito "Rework" es que ya no existe una jornada laboral como tal, lo que hay son momentos de trabajo. Uno tiene 15 minutos aquí, 30 minutos allá y luego sucede algo que hace que esa persona se distraiga de la tarea y 20 después tiene que hacer otra cosa, luego otra y llega la hora de la comida. Lo mismo pasa por la tarde y, sin darnos cuenta, llega la hora de marcharnos y si uno repasa el día muchas veces se da cuenta de que no terminó nada. Sólo hizo tareas. Ningún trabajo relevante).
Desde luego, los creativos necesitan largos periodos de tiempo sin interrupciones para hacer algo. No se le puede pedir a alguien que sea creativo en 15 minutos y pueda pensar realmente en un problema. Uno puede hacerse una idea pero para pensar en profundidad y analizar detenidamente un problema se necesitan largos periodos de tiempo sin interrupciones.Y claro, en el trabajo, es difícil tener momentos para uno de ocho horas. Y de siete y de seis y de...
Muy poca gente dispone de largos periodos sin interrupciones en una oficina. Por eso la gente prefiere hacer el trabajo en casa o ir a la oficina pero hacerlo muy temprano en la mañana o quedarse por la tarde hasta que se van todos, por no hablar de quien va los fines de semana o de los que terminan su trabajo en el coche o en el tren porque allí no hay (tantas) distracciones.
La creatividad necesita de un espacio y, desde luego, de un tiempo.
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