Una reciente investigación ha concluido que los estudiantes sacaban puntuaciones significativamente más elevadas en unas pruebas si, tras intentar hacer esas pruebas, iban a dormir y volvían a repetirlas.
Al parecer, durante el sueño los participantes averiguaron ciertas pautas que no pudieron descubrir mientras estaban despiertos (las claves y las conexiones ocultas que ayudan a comprender las cosas).
La explicación es simple: al dormir seguimos estando activos. Esa es la clave de la incubación. Y a menudo de la inspiración.
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