Hace unas entradas hablaba del invento del azul Prusia sin embargo no se trata de un caso único. El afán por patentar tonos únicos no ha dejado de existir en ningún momento.
Una empresa inglesa, especializada en nanotecnología e investigación, es la creadora del negro Vantablack, la sustancia más oscura que existe en el mundo.
El pigmento es capaz de absorber el 99,9 % del espectro de luz visible, de manera que cuando la luz alcanza el color, en lugar de reflejarla, ésta se queda atrapada en ese bosque de pequeñas jaulas que la retienen siendo expulsada posteriormente en forma de calor. En 2016, el artista Anish Kapoor compró los derechos de uso del mismo y, claro, sólo él puede utilizarlo.
Como respuesta al negro más negro que existe, otro artista británico - Stuart Semple - inventó el Pinkest Pink (el rosa más rosa). Como antítesis al color de Kapoor quiso que el rosa creado estuviese lleno de vida, de optimismo y de diversión. Semple también es el inventor del blanco más puro que existe en el mundo, denominado White 2.0, que es un 50 % más brillante que cualquier otro blanco y que prácticamente obliga a usar gafas de sol para verlo.
Otra historia curiosa es la del azul Klein, registrado en 1960 por el pintor Yves Klein, un color casi eléctrico. La singularidad de este color no se encuentra en el pigmento, sino en el aglutinante de resina sintética en el que se mezcla el mismo y que permite que su vibrante intensidad se mantenga. Lamentablemente, se trata de un azul prohibido, ya que para usarlo hay que pedir permiso a la viuda del pintor, gestora de su legado.
Y desde aquí podíamos dar paso a hablar de los colores que usan las marcas y del tremendo poder de asociación que tiene el color con determinados productos. Por eso, muchas marcas son dueñas en exclusiva de sus colores más característicos...
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Doro