Científicos de la Universidad de Maryland han ideado un pila de zinc (en lugar de las habituales de litio) con un electrolito biodegradable procedente de... ¡las cáscaras de los cangrejos!
El nuevo material empleado, el quitosano, es un material biológico que procede de los exoesqueletos de los crustáceos (cangrejos, gambas, langostas, ...) que pueden obtenerse fácilmente de los deshechos del marisco.
Utilizando este electrolito biodegradable, dos tercios de la pila pueden ser descompuestos por completo por los microbios. Además, esta pila de zinc y quitosano tiene una eficiencia energética del 99,7 % tras 1000 ciclos de la batería.
Ahora los investigadores están yendo un paso más allá y ya no sólo piensan en que todos los componentes de las baterías sean biodegradables sino también en el proceso de fabricación de los materiales.
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