En la piscina del club deportivo que frecuento, imparten clases de natación a distintos colegios infantiles del barrio. Con la llegada de las fiestas navideñas y el cese temporal de las clases, animan a los niños a que lleven a la instalación un dibujo que después quedará expuesto en las paredes que rodean el recinto de la piscina hasta pasadas las fiestas.
Esta mañana he contemplado los dibujos que han aportado los niños de dos clases (unos 45 dibujos). Prácticamente todos ellos incorporan en sus dibujos el agua y la propia piscina.
¿Dónde ha quedado la originalidad, la rebeldía y la creatividad?
Preocupante...
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