Elías Howe, inventó la máquina de coser en un sueño. La tabla periódica fue descubierta en sueños. Salvador Dalí tenía como técnica pictórica ponerse a dormir con una cuchara pesada en las manos, y al caer ésta y escuchar el ruido que hacía se levantaba y comenzaba a pintar.
La obra de la imagen superior se titula "Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar" y la pintó de este modo.
Hasta cierto punto, es posible controlar lo que soñamos. Es lo que se denomina "el sueño lucido". Mientras que el sueño típico uno no controla mucho lo que pasa, en este tipo de sueño hay más activación prefrontal y ello permite que uno pueda elegir qué hacer con él. Es el tipo de sueño que resulta ideal para encontrar respuestas a los desafíos que tenemos.
Eso sí, para recordar esos sueños es conveniente seguir una serie de pasos muy concretos.
En primer lugar, al ir a dormir, hay que ir al sueño con una intención claro, esto es, pensando en lo que se quiere soñar y en reto al que venimos dándole vueltas en la cabeza.
En segundo lugar, al despertar, no hay que moverse. Hemos de quedarnos quietos en la cama y tratar de buscar la memoria más reciente del sueño y utilizarla como un hilo del que tirar para buscar más y más memorias. Y escribir esos recuerdos o, en su defecto, grabarlos en audio.
La tercera fase consiste en darle importancia al sueño, en contar esos sueños a los familiares, al compañero o compañera, en el ambiente de trabajo...
Resulta crítico darle relevancia al sueño, ponerlo en contexto y tratar de entender cómo refleja o cómo propone soluciones para ese desafío que teníamos en nuestra cabeza.
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