El ingenio para poder seguir manteniendo los hábitos dentro de la nueva normalidad no tiene fin. Así lo demuestra una cafetería de la ciudad alemana de Schwerin.
Allí, han decidido optar por los churros que utilizan los niños para aprender a nadar como utensilio para mantener la distancia de seguridad entre personas. Por surrealista que parezca, los dueños del bar han ideado unos sombreros coronados por dos churros cruzados que se asemejan a las hélices de un helicóptero.
De esta manera, cada persona que acude a la terraza de esta cafetería sabe cuál es su espacio vital de seguridad y cuál es el de los demás para que así no se pueda traspasar uno del otro.
El invento lo colgó la propia cafetería en su página de Facebook y tardó muy poco tiempo en convertirse en una imagen viral.
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