Ana Blasco, ingeniero químico, fue a estudiar a Valencia y le apasionó el mundo de las Fallas. También le llamó la atención el humo negro de la ‘cremà’. Al ver las columnas de humo negras pensó en cambiar el poliestileno expandido que utilizan todas las Fallas por un material más sostenible, como cuando eran de cartón piedra. Se le ocurrió probar con la paja de arroz.
La paja de arroz es un problema. Su quema produce numerosas molestias en Valencia por el humo y por su evidente impacto contaminante. Desde hace años, las autoridades tratan de reducir la quema y facilitar que los agricultores puedan dar salida a la paja para composta u otros proyectos innovadores.
Ana empezó a hacer pruebas con paja de arroz y un aglutinante y elaboró un pequeño ‘ninot’ pero éste aunque prendía no quemaba, incluso añadiéndole alcohol o gasolina.
Continuó probando con otros materiales en búsqueda de un material para las Fallas pero entonces se percató de que había dado con un material aislante térmico, acústico e ignífugo.
El material en cuestión se puede usar como elemento estructural o aislante, por su dureza y porque su conductividad térmica (inferior a cualquier otra en el mercado), aguanta el fuego muchas horas. Además, sólo se pone negra la capa superficial. Si hay un fuego fuera, no pasaría a la casa.
El aglutinante, el elemento que cohesiona la paja con el plástico triturado, es de hecho el secreto de la fórmula.
La paja no tiene coste y el plástico es reciclado. El nuevo material que además de su capacidad aislante, puede resistir al fuego durante al menos cuatro horas, se considera una de las mejores patentes de 2018 en España.
Y todo proviene de una prueba fallida…
La paja de arroz es un problema. Su quema produce numerosas molestias en Valencia por el humo y por su evidente impacto contaminante. Desde hace años, las autoridades tratan de reducir la quema y facilitar que los agricultores puedan dar salida a la paja para composta u otros proyectos innovadores.
Ana empezó a hacer pruebas con paja de arroz y un aglutinante y elaboró un pequeño ‘ninot’ pero éste aunque prendía no quemaba, incluso añadiéndole alcohol o gasolina.
Continuó probando con otros materiales en búsqueda de un material para las Fallas pero entonces se percató de que había dado con un material aislante térmico, acústico e ignífugo.
El material en cuestión se puede usar como elemento estructural o aislante, por su dureza y porque su conductividad térmica (inferior a cualquier otra en el mercado), aguanta el fuego muchas horas. Además, sólo se pone negra la capa superficial. Si hay un fuego fuera, no pasaría a la casa.
El aglutinante, el elemento que cohesiona la paja con el plástico triturado, es de hecho el secreto de la fórmula.
La paja no tiene coste y el plástico es reciclado. El nuevo material que además de su capacidad aislante, puede resistir al fuego durante al menos cuatro horas, se considera una de las mejores patentes de 2018 en España.
Y todo proviene de una prueba fallida…
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