A la hora de "jugar con las opciones", lo más relevante es la palabra "jugar". Jugar implica disfrute y eso es precisamente lo que se precisa en ese momento. Experimentar con el cambio puede llegar a asustar. Cuando uno cambia una forma habitual de funcionar, uno no sabe con certeza si va a recoger rosas o tomates podridos.
Sin embargo, es necesario que debajo de ese miedo (por otra parte, perfectamente natural) persista la excitación.
Si eres capaz de dejarte llevar por esa excitación y ese sentimiento inherente a ir un poco más allá tendrás más posibilidades de que tu idea llegue a buen puerto.
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