Los niños poseen una mirada peculiar. Y dicha mirada provoca que muchas cosas las vean de diferente modo a como los adultos vemos esas mismas cosas. Los adultos, ya totalmente acostumbrados a medirlo todo desde nuestro rasero de utilidad y de racionalidad, juzgamos las ocurrencias de "esos bajitos" como locuras o insensateces.
Lo que quizá no valoramos tanto es el ingenio y la ironía que muchas de sus respuestas encierran. Ni tampoco apreciamos sus habilidades intelectivas y arrojo para salir del paso ante situaciones inesperadas. Al fin y al cabo, en sus frescas respuestas radica la esencia del pensamiento creativo.
Como muestra de lo anterior, te dejo las respuestas que algunos niños dieron a las preguntas de sus exámenes.
¡¡¡Espectacular!!!
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