Mantener
el calor dentro del agua es complicado. Biológicamente hablando, únicamente
existen dos formas: con una gruesa capa de grasa (como tienen morsas o leones
marinos), o con un pelaje que retenga el aire entre los pelos (como los
castores y nutrias marinas).
Estudiar
el mecanismo de cómo estos animales se aíslan del medio para no perder calor,
sirve de guía para el diseño de materiales para la fabricación de las nuevas
generaciones de trajes de neopreno.
La
selección natural, que lleva trabajando miles de años, proporciona soluciones más
creativas y productivas que la propia ingeniería.
Los
biólogos han observado que, tanto nutrias como castores, tienen sobre la piel pelos
largos y finos que cubren a los más pequeños y que parecen ser una capa
protectora que evita que el agua llegue hasta la piel y, a su vez, retiene el
aire en una serie de micro cámaras.
Un
grupo de científicos del prestigioso MIT se ha basado en la capacidad de
retener el calor de las pieles de castores y nutrias marinas para diseñar un
nuevo neopreno que puede revolucionar el mundo del surf.
Han
diseñado un tejido fino cubierto por pelos de unos tres milímetros fabricados
en un polímero de goma. Cuando este tejido se sumerge en agua, el peso del
líquido bombea aire entre los pelos, cuya distancia es de un milímetro, donde queda
atrapado. La conductividad termal del aire es de 2 a 5 veces menor que la de la
goma, lo que se traduce en una pérdida de calor en la misma magnitud.
El
invento consiste en fabricar trajes de neoprenos “peludos” con una capacidad
para retener el calor corporal de 2 a 5 veces superior a los actuales trajes de
neopreno. Y, en principio, mucho más ligeros.
Inspirarse
en la naturaleza siempre es gratificante.
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