Leo una impresionante entrevista a César Bona, nominado entre los mejores profesores del mundo.
César señala en primer lugar lo que pudiera parecer una obviedad: los ñiños son seres llenos de ilusión, de curiosidad y de creatividad y lo que suele hacer el sistema educativo es decirles que dejen esas habilidades en la puerta del colegio. Por el contrario, lo que tendría que hacerse es alentar todas esas potencialidades.
En el pueblo donde trabajaba llegó un circo con animales, César les propuso recoger información, vídeos, fotos de estos tipos de circo y de cómo traban a los animales. Como resultado de este trabajo se creó una ONG virtual que logró que el alcalde del pueblo prohibiese los circos con animales en esa localidad. La idea se ha extendido por otros lugares y ahora los niños hablan en las Cortes y dan charlas en inglés por muchos países.
Claro que para ello antes, los niños han sido estimulados cada semana a subirse a una mesa y dar charlas durante dos minutos de un tema que previamente han preparado. En la base de todo ello radica la creencia de que compartir pensamientos, expresar emociones y defender argumentos es una herramienta básica para la vida.
Para estimular la lectura, César creó "el día de la linterna" donde se bajaban las persianas de la clase y los niños leían dentro de una tienda de campaña situada en el medio de la clase. Repartía papeles secretos donde, por ejemplo, se decía "Te toca leer con voz de anciana".
La entrevista termina con el siguiente párrafo que no tiene desperdicio: "La implicación es la base de toda educación. Un año en la vidad de un niño es mucho tiempo, tenemos que pararnos a conocer a estos niños que pasaran tanto tiempo entre nosotros. Tenemos que plantearnos qué les preocupa, qué les gusta, qué les motiva a cada uno de ellos".
Mientras eso llega, en las escuelas a los niños se les enseña a reproducir en lugar de producir cosas nuevas... Y luego les pediremos que sean creativos.
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