Las personas que participan en una sesión de brainstorming, perderán el
tiempo a menos que sean conscientes de todas las dinámicas que se necesitan que
tengan lugar:
1. INVESTIGACIÓN
Para que las sesiones de brainstorming sean eficaces, conviene realizar previamente algo
de investigación. Sé curioso. Haz preguntas. Cava más profundo. Cuanto más te enteres
de cuáles son los verdaderos problemas, mayores serán tus posibilidades de elaboración
y de encuadre de las preguntas poderosas para llevar a cabo la tormenta de ideas.
2. INMERSIÓN
Aunque las buenas ideas pueden surgir en cualquier momento, sus
posibilidades aumentan radicalmente cuanto más involucrados estén los
participantes de la tormenta de ideas. ¿Qué significa esto? Nada de idas y venidas
durante la sesión. Nada de distracciones. Sin ninguna interrupción. Y no te olvides
de poner un cartel de "No molestar" en la puerta.
3. INTERACCIÓN
Las ideas pueden acudir a la mente a cualquier hora del día y bajo todo tipo de circunstancias.
Sin embargo, en una sesión de brainstorming, es la calidad de la interacción lo
que marca la diferencia - cómo las personas conectan entre sí, cómo se escuchan,
y construyen sobre sus ideas. El trabajo del facilitador es, precisamente, aumentar la calidad de esa interacción.
4. INSPIRACIÓN
Crear ideas es una de las funciones de la mente. La gente que no está comprometida o que está aburrida rara vez tiene
buenas ideas. Las personas inspiradas sí las tienen. Esa es, justamente, una de las principales
tareas del facilitador de la sesión de brainstorming: todo lo que sea posible poder para mantener a los participantes inspirados.
Cuanto más lo logre, menos técnicas se necesitarán.
5. IDEACIÓN
Mira a tu alrededor. Todo lo que contemplas comenzó como una idea en la mente de
alguien. En pocas palabras, las ideas son las semillas de la innovación - la
primera forma que adopta una nueva posibilidad. El trabajo del facilitador del
proceso creativo consiste en fomentar las condiciones que amplíen las
posibilidades de que sean concebidas, desarrolladas y articuladas las nuevas ideas.
6. ILUMINACIÓN
Las ideas son geniales. Las ideas son imprescindibles. Pero no valen demasiado a menos que conduzcan a otra idea o un “ajá”. Hasta entonces, las ideas poseen
sólo dos dimensiones. Pero cuando la luz pasa por las mentes de las
personas en una sesión de brainstorming, las ideas se activan y aumentan radicalmente las
probabilidades de que esas ideas nos lleven a alguna parte.
7. INTEGRACIÓN
Las sesiones de brainstorming, bien gestionadas, constituyen una manera de alentar a las personas.
Las puertas se abren. La energía sube. Las posibilidades emergen. Pero a menos
que los participantes tengan la oportunidad de dar sentido a lo que han concebido,
las ideas serán menos propensas a manifestarse. Abrir las puertas de la
imaginación es una buena cosa, pero también lo es cerrar esa puerta.
8. APLICACIÓN
Quizá la principal razón por la que la mayoría de sesiones de
brainstorming falla es por lo que sucede
después (mejor debería decir, por lo que nunca sucede después). La
aplicación es la parte fundamental. Antes de dejar que la gente regrese a sus puestos de trabajo, es
importante clarificar los siguientes pasos, quién hará qué (y para cuándo), y qué
apoyo será necesario.
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