Uno se sorprende al descubrir que existen letras que son verdaderamente odiadas.
De hecho, desde hace 12 años, existe un movimiento al que uno puede adherirse (Ban
Comic Sans) y que clama por la abolición de la tipografía referida en el nombre.
Más allá de filias y de fobias, es curioso revisar cómo
se inventó esa controvertida fuente: la Comic Sans. Su creador es Vincent
Connare quien siempre recalca que esa tipografía nació como solución a un
problema (¡no podía ser de otra manera!)
En 1995, Microsoft, quería entrar en las casas. Su objetivo
era poner un ordenador personal en cada hogar. Para ello, la empresa creó Microsoft Bob, un software
que pretendía hacer de la informática algo amigable para “mamás y papás”
mostrando una casa en la que cada elemento era un programa y donde un perro
llamado Rover daba instrucciones para continuar.
Vincent que, trabajaba en Microsoft, creía que Rover no
tenía alma: hablaba en Times New Roman. Por ello, se le ocurrió trazar su idea
de cómo deberían lucir las palabras del perrito. Su jefe, al ver el resultado, dijo que esa letra era
imperfecta; pero él respondió que así debía ser. La empresa aceptó, el perro
empezó a hablar como en un cómic y, tras la muerte de Microsoft Bob – a la
postre un mal invento - Comic Sans permaneció preinstalada en todos los ordenadores.
“Ni
era mi intención ni estaba previsto que se convirtiera en tipografía. Sólo
mostré cómo quedaría, la enseñé y me dijeron: conviértela en fuente” – señala Conare.
Veinte años después, Comic Sans es una de las letras más populares y ubicuas
del mundo. Y también de las más odiadas.
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