El hacha
es probablemente la primera herramienta
inventada por el ser humano. Sin embargo, su diseño ha permanecido inalterado durante
miles de años. ¿La razón? Probablemente todos la dábamos por buena.
Ahora Heikki Karna, un finlandés jubilado, ha introducido
pequeños cambios, pero muy significativos, en el ancestral diseño de la
herramienta.
Todo sucedió cuando Heikki comenzó a
talar árboles para construir una nueva casa en el bosque. Durante la tarea, su
hacha giró peligrosamente cerca de sus piernas en varias ocasiones. Además, se
percataba de la gran cantidad de fuerza que tenía que hacer para penetrar y
dividir la madera.
Pensando en maneras de hacer su
trabajo más fácil y seguro, comenzó a desarrollar numerosos prototipos que
dieron lugar a la creación de la Leveraxe (así se llama el hacha que ha
diseñado).
Está hecha de acero y pesa un
poco menos de dos kilos. Su centro de gravedad, que no está directamente encima
de la cuchilla, sino a un lado hace que
el hacha caiga automáticamente en ángulo y parta la madera con un solo golpe.
La Leveraxe utiliza la acción
de la palanca, para separar un tronco en secciones. Se usa igual que un hacha
convencional, salvo que hay que relajar un poco el control del mango cuando el
metal golpea el tronco, para que se incline automáticamente hacia la derecha, separando
la parte cortada con la misma fuerza del golpe. Eso evita en gran medida que la
hoja del hacha se quede pegada en el tronco.
El resultado es que, con su
hacha, cortar troncos es mucho más fácil (menor esfuerzo) y también más
eficaz.
El hacha está pintada de
colores muy llamativos (rojo y amarillo), para que sea fácil de detectar si es
que se deja en el suelo.
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Karna ha decidido patentar su invento, que vende
por unos 190 euros. Por supuesto, ya está disponible en internet (Leveraxe).
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