Recientemente se ha publicado una investigación llevada a cabo con 161 pintores, escritores, compositores, filósofos, científicos y, en general, pensadores excepcionales y tremendamente creativos. He aquí algunas conclusiones a las que ha llegado dicha investigación sobre lo que, al parecer, son rasgos comunes en las vidas de esos genios:
* Un espacio de trabajo con las mínimas distracciones. Existen cientos de anécdotas sobre las diferentes artimañas que utilizaban estas personas para lograrlo. Desde no engrasar el gozne de la puerta del despacho para como aviso de que venía gente hasta alquilar un despacho secreto.
* Dar un paseo diario. Para muchas personas una caminata diaria resulta esencial para el funcionamiento de su cerebro. Muchos, por cierto, llevaban lápiz y papel con ellos...
* Responsabilidad sobre las métricas autoimpuestas. Ya sea el número de palabras escritas en un día, las horas que se pasan delante del ordenador o ponerse un temporizador y luego anotar lo que se ha producido en ese tiempo.
* Una clara división entre el trabajo realmentre importante y el trabajo que simplemente les hace mantenerse ocupados. Cabe consignar que muchas de las personas incluidas en el estudio recibían cartas y debían despachar el correo. Hoy día el correo postal ya no es lo que era, pero también es verdad que ahora tenemos que gestionar nuestro correo electrónico... lo cual es probablemente notablemente más trabajoso.
* El hábito de detenerse cuando están en racha, no cuando están atascados. "Me he dado cuenta de que alguien que está cansado y necesita un descanso, y continúa trabajando a pesar de todo es un necio", llegó a decir Carl Jung.
Rutinas. O dicho de otra manera, los caminos que transitamos en nuestro día a día. Es muy importante ser consciente de ellas y darnos cuenta de cómo favorecen o limitan nuestra creatividad.
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