El pasado viernes, tratando temas de Innovación, con un grupo de directivos trabajábamos las diferentes técnicas para evaluar las ideas. Este aspecto merece ser tenido en cuenta pues una vez que tenemos las ideas efectivamente hay que trabajar con ellas, seleccionarlas y "bajarlas a la realidad".
Todo este proceso implica necesariamente tomar decisiones. Al principio y también para temas sencillos, la mera votación puede funcionar (sistema Eurovisión, por ejemplo) pero cuando hay mucho en juego o la decisión no resulta sencilla la cosa puede complicarse sobremanera.
En este contexto, quiero traer a colación distintas investigaciones que se han llevado a término en relación a cómo se toman las decisiones en grupo. Todas ellas, parecían indicar en un principio que los grupos toman decisiones más arriesgadas que las personas.
Sin embargo, más tarde, se vio que esto no era exactamente así. El efecto no consiste propiamente en tomar decisones más arriesgadas, sino en la denominada polarización.
En otras palabras, formar parte de un grupo exagera las opiniones de las personas, haciendo que se tomen decisiones más extremas de las que tomarían ellos solos.
Según la inclinación inicial de las personas del grupo, la decisión final puede ser arriesgada en extremo pero también conservadora en extremo.
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