La mayoría de las ideas nuevas acaban en nada. No dan lugar a nuevos productos o servicios de éxito. Seis de cada siete nuevos conceptos nunca llega al mercado. La falta de apoyo a la alta dirección es una explicación recurrente. Sin embargo, conviene examinar también el modo en que presentamos nuestras ideas.
Sin duda, la innovación tiene una parte muy "social". ¿De qué sirve una "excelente" idea si no es aprobada y llevada a la práctica?
Pero empecemos por el principio. Hay numerosos modos de presentar una idea. Utiliza la creatividad para "vender" tu idea de manera diferente. Así, te garantizas un impacto inicial poderoso. He aquí algunas formas de hacerlo:
1) Una palabra
2) Una imagen
3) Un informe
4) Un dibujo
5) Una presentación Prezzi
6) Un mapa mental
7) Un story boarding
8) Una web
9) Una película
10) Un app
11) Un juego
12) Un prototipo
13) Un business case
14) Un anuncio comercial
15) ...
Todo lo mencionado son modos fantásticos de presentar ideas. Muchos de ellos son creativos y "fuera de la caja". Tus jefes te alabarán por tu creatividad y por tu buena disposición. Ahora bien, ¿te darán los recursos para pasar a la siguiente etapa? ¡He aquí el quid de la cuestión!
Tus jefes o la Dirección evaluaran tu idea, al menos, desde tres puntos de vista:
* El del cliente (¿Va a gustarles tu idea?)
* El de modelo de negocio (¿será rentable tu idea?)
* El tecnológico (¿será posible)
Por esta razón, a la hora de presentar tus ideas nunca olvides resaltar los aspectos estratégicos y comerciales de tu idea. Y elegir una manera atractiva de presentar tu idea.
Aunque recuerda que, al final, en el mundo organizacional: "nadie compra a un payaso".
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