No pocas veces encontramos distracciones en el camino de nuestro tiempo de pensamiento creativo. Parece como si nuestra mente estuviese en ebullición, dispuesta a salir en múltiples direcciones diferentes, minando así nuestra energía para un brainstorming.
Para superar estas distracciones muchos autores recomiendan realizar un "volcado mental". La técnica tiene tres pasos:
1) Tomar un trozo de papel y anotar cualquier problema que se nos ocurra. Seguir escribiendo hasta que tengamos nada más que añadir.
2) A continuación, echar un vistazo a la lista y reconocer que lidiaremos con estas preocupaciones en el momento adecuado.
3) Ahora podemos dedicarnos plenamente a la tarea creativa que originalmente queríamos enfocar.
También se ha llamado a esta técnica "páginas matutinas". Es recomendable tomar un diario y escribir tres páginas cada mañana, sin
faltar a la cita, a mano, no en formato digital. El poder cinestésico de la escritura manuscrita es una clave para su efectividad.
El contenido de estas páginas matutinas puede ser cualquier cosa que nos venga a la mente. Incluso si los pensamientos que estamos escribiendo son negativos, está bien. Poner las
ideas en papel es catártico para la mente: Así, esta sencilla técnica ayuda a
limpiar nuestras telarañas mentales para que podamos dedicarnos más plenamente a
las tareas creativas cada día tenemos. Al
transmutar estos pensamientos en forma física, en papel, podemos dejarlos
a un lado - en sentido literal y figuradamente - y entrar en nuestro día más
frescos y creativos.
La técnica del "volcado mental" es muy conocida, pero más bien como una estrategia de un brainstorming - una forma de registrar rápidamente todas las ideas que flotan alrededor en nuestra cabeza, sin autocensurarlas. Es menos común considerarla en este contexto: como una herramienta para ayudar a sacar todos los trazos mentales y desechos fuera del camino, de manera que nuestros pensamientos creativos puedan surgir con más facilidad.
La misma técnica funciona igual de bien en las sesiones de brainstorming. Planifica siempre un cierto tiempo para llevar a cabo un "calentamiento" para que los participantes adopten un
marco creativo, del mismo modo que estiramos los músculos antes de hacer
ejercicio. Solicita los pensamientos e ideas del grupo, pero - aquí está la parte importante - no te detengas aquí. Las
primeras ideas que los participantes mencionan en un brainstorming son
típicamente soluciones obvias, y tienden a tener un valor bastante
bajo. Sigue
empujando el grupo fuera de su zona de confort a través de distintas actividades lúdicas y ejercicios de ideación. En este contexto es donde probablemente emergerán algunos de los mejores puntos de vista e ideas de mayor valor.
¿Cómo se puede poner esta técnica en marcha? Si
tú o tu equipo vais a estar participando en un trabajo que requiera de tu/vuestro mejor pensamiento creativo, emplea primero 5-10 minutos para
que despejen su mente con esta técnica de "brainwriting". Estoy seguro que hará una diferencia significativa para ti y para tu equipo.
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