A
menudo, nuestras actuaciones y nuestras reacciones son repetitivas, instintivas, responden a patrones pero la mayoría de las veces no somos conscientes de la mentalidad que tenemos (nosotros o las empresas en las que trabajamos).
Determinados modos de pensar pueden afectar a la capacidad para la innovación. Por ejemplo, es posible que existan dos palabras que estén matando a la innovación y la creatividad de tu equipo: "Sí, pero".
Reflexiona sobre cómo tú y tu organización respondéis a las nuevas ideas o a las ideas no probadas. ¿Utilizas el "pero" llevando así a las ideas "a la muerte"? Tal vez no seas consciente, lo cierto es que cada vez que utilizas el "pero" arrojas una luz negativa sobre la asunción de riesgos, el fracaso y la apertura.
La actuación inconsciente con esa "frase asesina" podría ser similar a alguna de éstas:
Determinados modos de pensar pueden afectar a la capacidad para la innovación. Por ejemplo, es posible que existan dos palabras que estén matando a la innovación y la creatividad de tu equipo: "Sí, pero".
Reflexiona sobre cómo tú y tu organización respondéis a las nuevas ideas o a las ideas no probadas. ¿Utilizas el "pero" llevando así a las ideas "a la muerte"? Tal vez no seas consciente, lo cierto es que cada vez que utilizas el "pero" arrojas una luz negativa sobre la asunción de riesgos, el fracaso y la apertura.
La actuación inconsciente con esa "frase asesina" podría ser similar a alguna de éstas:
- "Sí, pero no va a funcionar"
- "Sí, pero no tenemos el tiempo"
- "Sí, pero ya intentamos hacer algo similar antes y no funcionó"
El investigador de Harvard Shawn Acor señala que el 75% del éxito de una tarea en el trabajo proviene del optimismo, de nuestra capacidad de contemplar el estrés como un reto y no como una amenaza, y del apoyo social en el trabajo.
Cuando nos encontramos con una actitud "sí, pero" hacia nuestras ideas e innovaciones, es difícil mantener la motivación para hacer mejor nuestro trabajo y para sentir el apoyo de nuestras contribuciones.
No estoy abogando por una empresa llena de "sí, señores" (o de "sí señoras"). Podemos, en cambio, optar por una actuación que implique menos juicio, mostrarnos más abiertos de mente, aceptar las ideas de otros, y una voluntad de construir sobre las ideas en lugar de rechazarlas.
Afortunadamente, la investigación de Acor (y de otros autores) nos indica que podemos entrenar a nuestro cerebro a ser más positivo. A través de la práctica y de la creación del hábito, podemos aprender a explorar el mundo a través de una lente de positividad, en lugar de la negatividad y crear así interpretaciones más conscientes que implican las palabras "Sí, y" en lugar del "Sí, pero".
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