He aquí algunas de las claves que los directivos de las empresas podrían tener en cuenta para obtener y gestionar ideas innovadoras:
1. Ser conscientes de que los premios establecen la diferencia. Hoy en día, el premio más conocido en el mundo de la innovación es, probablemente, el premio Ansari X, que ofreció 10 millones de dólares a la primera nave espacial tripulada que saliese de la atmósfera de la Tierra en un plazo de dos semanas. También existen otros premios de este tipo. Sin embargo, los escépticos alegan que estos premios no incentivan a la gente a crear cosas que de todos modos no habrían creado. En otras palabras, consideran que premian el comportamiento existente.
Sin embargo. distintos investigadores han estudiado si los premios son realmente importantes a la hora de establecer la diferencia. Un grupo de ellos estudió una serie de premios otorgados por la Real Sociedad Agrícola de Inglaterra durante el siglo XIX. La Sociedad ofrecía docenas de premios por la invención de maquinaria y de herramientas y técnicas novedosas. Mediante el análisis de bases de datos de la Oficina Británica de Patentes, los investigadores encontraron que el número de patentes y de renovación de patentes se disparó en varias especialidades los años en los que se entregaron premios. Curiosamente, no era tan importante si el premio era dinero en efectivo o una medalla: el efecto era el mismo.
2. Dar pasos pequeños. Ya he hablado aquí otras veces de Teresa Amabile, de Harvard, y de cómo examinó el proceso que impulsa la chispa creativa. En una de sus investigaciones, solicitó a más de 200 trabajadores del conocimiento que llevaran un diario durante tres años y que registrasen en él las situaciones en las que se sentían con más éxito y más frustrados en el trabajo. Lo que constató el estudió fue que el progreso incremental paulatino hacia una meta significativa hizo maravillas para motivar a la gente, aunque los frutos de esa labor aún no fueran visibles. Amabile sugiere que los directivos establezcan objetivos claros y alcanzables, y que permitan a los colaboradores la libertad en la forma de tratar de alcanzar esas metas, e intenten asimismo tratar de eliminar las distracciones o presiones de tiempo. En conjunto, todas estas medidas ayudan a crear un ambiente donde la creatividad puede convertirse en innovación.
3. Permitir que la gente elija su entorno de trabajo. Algunas personas prefieren trabajar en un entorno competitivo, mientras que otras prefieren trabajar en equipo. Karim Lakhani, de la Universidad de Harvard, con Kevin Boudreau de la London Business School, permitieron a 250 programadores elegir si querían competir contra los demás o trabajar en equipo. Paralelamente, otros 250 programadores fueron asignados al azar a uno u otro escenario. Se solicitó a los programadores que resolvieran un problema de ingeniería difícil. Aquellos programadores que tuvieron la oportunidad de elegir su entorno de trabajo resolvieron el problema, de promedio, dos veces más rápidamente de aquellos que no lo hicieron. Permitirles elegir su entorno de trabajo tuvo un mayor impacto en el rendimiento que ofrecer una recompensa de 1.000 dólares a los que sobresalieron en la prueba.
4. Ceder el control. En algunas situaciones, parece que es el comprador o el consumidor quien está en mejor posición para innovar, no el fabricante.
Se utiliza el ejemplo de los kayaks de rodeo, donde los competidores modifican sus embarcaciones y otros equipos para un mejor desempeño en sus acrobacias. Los competidores que llegan con las innovaciones más exitosas, con el tiempo, empiezan a construir kayaks para los demás. Más tarde, los fabricantes establecidos en kayaks comienzan a vender sus propias versiones.
Para que este tipo de innovación se desencadene, los investigadores dicen que debe haber una apasionada comunidad de usuarios que estén dispuestos a experimentar, y también que el costo de hacerlo debe ser lo suficientemente bajo como para fomentarlo. En el caso del código abierto, la innovación, donde un grupo de usuarios se unen para crear algo nuevo, el costo de la comunicación debe ser lo suficientemente bajo para que sea fácil colaborar.
5. Fomentar las relaciones interculturales. Muchos expertos consideran que la creatividad no consiste necesariamente en llegar a algo totalmente nuevo. Lo más frecuente, señalan estos expertos, es la conexión de ideas para crear algo diferente. Al parecer, las redes sociales multiculturales son más propensas a recibir ideas que son diferentes.
Unos investigadores de Harvard encuestaron a un grupo de profesionales de los medios de comunicación acerca de sus redes sociales, y posteriormente les pidieron a cada uno un "brainstorming" sobre el futuro de la industria periodística. Un grupo de jueces externos, clasificó a las ideas según lo creativas que éstas eran, y resultó que aquellos profesionales con redes sociales multiculturales obtuvieron ideas más creativas. Los mismos investigadores llevaron a cabo un experimento similar con estudiantes universitarios: primero les pidieron la topografía de sus redes sociales y después que diseñaran una nueva campaña publicitaria para una bebida de frutas. Los resultados fueron análogos: los universitarios que tenían más contacto con diferentes culturas obtuvieron ideas más creativas.
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