La seda natural ha sido utilizada para curar heridas desde la
Antigüedad. Los griegos, por ejemplo, hacían cataplasmas con
telas de araña para detener las hemorragias. A la seda natural también se le han dado
usos arcaicos al margen de la medicina, como construir redes de pesca o
sedales para peces pequeños.
El caso es que el hilo de seda del que penden las arañas posee unas propiedades físicas asombrosas: es tan fuerte como el acero y cinco veces más resistente que el Kevlar (material que se utiliza en los cascos o en los chalecos antibalas). Investigando sus aplicaciones para otros campos, los científicos se han percatado que posee también importantes características desde el punto de vista médico, ya que es biodegradable -el organismo lo absorbe sin problemas de toxicidad- y favorece el crecimiento celular.
El caso es que el hilo de seda del que penden las arañas posee unas propiedades físicas asombrosas: es tan fuerte como el acero y cinco veces más resistente que el Kevlar (material que se utiliza en los cascos o en los chalecos antibalas). Investigando sus aplicaciones para otros campos, los científicos se han percatado que posee también importantes características desde el punto de vista médico, ya que es biodegradable -el organismo lo absorbe sin problemas de toxicidad- y favorece el crecimiento celular.
Todo ello convierte al hilo de araña, concretamente del género
'Nephila', en un medio idóneo para crear piel artificial que pueda
implantarse en pacientes con quemaduras graves. El procedimiento es el siguiente: se extraen células de la piel sana del propio paciente -si
no se puede, se recurriría a un donante-, se cultivan en una malla
fabricada con la seda y, cuando se tiene bastante tejido, se implanta en las zonas quemadas.
Una vez cumplida su función como soporte para el cultivo de piel, el
hilo de seda se degrada y quedan únicamente las células de piel
implantadas.
Fijarse en la naturaleza siempre es tremendamente interesante para generar nuevas y creativas ideas.
Comentarios
RZ