Siempre que trabajo con equipos, uno de los comentarios a los que más aluden los integrantes de los mismos para explicar por qué no presentan unos resultados mejores es la falta de recursos. Lo mismo sucede, en los talleres de creatividad e innovación que facilito. "Si tuviéramos más recursos - señalan muchas personas - podríamos ser más creativos".
Están completamente equivocados. Y, desde luego, trato de hacérselo ver. En mi opinión, la falta de recursos suele ser una buena excusa a la que agarrarse para no hacer nada y para explicar sus, en ocasiones, mediocres resultados o previsibles ideas.
Nunca he visto un equipo de alto rendimiento (no hay muchos, es verdad) quejarse de sus recursos. Muy al contrario, veo cómo se esfuerzan con denuedo en explotar y exprimir los recursos que poseen sin expresar queja o justificación alguna.Tampoco he escuchado a ninguna persona que ponga en juego la creatividad mencionar que tenía pocos recursos y, mucho menos, oírle utilizar la palabra "imposible".
La historia de este chico de 14 años de Malawi es muy ilustrativa.
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