La psicología positiva (en especial, las investigaciones de Alice Isen) ha establecido una correlación que merece la pena subrayar. Un estado de ánimo alegre amplía los procesos del intelecto y facilita el pensamiento creativo.
En efecto, cuando nos sentimos bien somos capaces de examinar más alternativas, nos aferramos menos a una idea concreta, estamos más predispuestos a desechar conclusiones prematuras. En suma, cuando nos sentimos a gusto nuestro pensamiento es más creativo, flexible, amplio y abierto.
Por contraposición, cuando nos sentimos inquietos o preocupados tendemos a restringir nuestros procesos de pensamiento y a concentrarnos únicamente en los aspectos que consideramos relevantes para el problema. Una estrategia muy útil a la hora de escapar de un peligro pero no tanto cuando se trata de pensar nuevos enfoques creativos para un problema.
¿Qué hacer para ser más feliz o para tener un estado de ánimo más positivo? Esa es otra cuestión, pero no hay porqué pensar en cosas demasiado complicadas.
Adiestrar la mirada a través de una lente optimista puede ser uno de los primeros pasos en esa dirección.
Comentarios