La trayectoria de James Dyson es digna de tenerse en cuenta. Cuando empezó la venta de su aspiradora, a finales de los setenta, todas las puertas se le cerraban.
Su propuesta eliminaba la bolsa de la aspiradora, ya que consideraba que tendía a atascarla. Igualmente, inspirándose en la naturaleza (biomímesis) adaptó el principio de un ciclón a la tecnología de succión del aparato. La denominada tecnología Root Cyclone hace girar el aire por los circuitos de la aspiradora a gran velocidad, imitando el movimiento de un ciclón. De esta manera, aparta el polvo y la suciedad del flujo del aire, depositándolos en un cubo, en lugar de una bolsa o un filtro. Como consecuencia de ello, la aspiradora no se obstruye ni pierde succión por acumulación de polvo. Nadie se interesó por su invento.
Tras quince años de lucha, en 1993 consiguió sacar al mercado la primera aspiradora bajo su propio nombre. En pocos meses se convirtió en líder de ventas en el Reino Unido. En la actualidad, en ese país, uno de cada tres hogares posee una máquina Dyson.
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