Para tener miradas frescas, muchas veces se precisan ojos frescos. Las miradas habituales muchas veces no atisban a comprender la naturaleza de un desafío. El enfoque de hacer, hacer y hacer, y de resolver problemas, nos lleva a abandonar - paulatina pero imperceptiblemente - la capacidad de examinar las cosas, de explorar situaciones, de comprender contextos. Con este sustrato, la creatividad se encuentra varada.
Por eso, el denominado método del "chico de la pizza" suele aportar frescura y desatar nuevas perspectivas. La idea subyacente es que, en ocasiones, el chico que trae la pizza puede aportar perspectivas inimaginables a un problema o a un desafío.
¿Por qué? Porque no tiene miedo a formular preguntas, porque hace observaciones neutrales y porque su mirada es simplemente ingenua.
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Tal vez por eso, muchos equipos que precisan de enfoques creativos invitan a personas que no son expertos en el asunto.
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