Es sabido que el comportamiento creativo se caracteriza por un “estado de fluidez”, una fusión psicológica temporal de la persona con la actividad, que conlleva intrínsecamente sentimientos positivos, como placer y entusiasmo.
Estos sentimientos son bastante parecidos a los componentes con los que se describe la motivación intrínseca: sentirse apasionadamente implicado con el trabajo, que el trabajo suponga un reto positivo y disfrutar de éste a medida que se desarrolla.
Muchos estudios subrayan la motivación intrínseca como la forma de motivación que está más estrechamente asociada con la creatividad.
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