Una de las premisas más importantes a tener en cuenta en el tema de la innovación es que no se puede prescribir una cultura de innovación, sólo se puede influir en ella. Y eso implica crear la cultura y también las condiciones para que la innovación tenga lugar. La cultura resultante será indefectiblemente una diferente de la que actualmente exista en la organización.
El problema principal es que la cultura es un tema "soft", es decir, no puede ponerse las manos en ella, no puede tocarse. Aunque desde luego puede percibirse. Así que la clave es utilizar un sentido distinto y empezar a examinar cómo determinados comportamientos inhiben o impulsan la innovación.
El punto de partida es sin duda la estrategia. Lo mismo que sucede con otros elementos críticos del negocio (marketing, ventas, etc.), la innovación necesita estructura. Necesita un plan. Así que el primer paso es elaborar una estrategia de innovación que esté alineada con la estrategia de crecimiento de la empresa.
Quizás el error más recurrente en este punto sea asumir que se puede
simplemente copiar el modelo, esto es, la estrategia de innovación que alguien más ha
adoptado.
Pero la “cultura de innovación” de una empresa va a ser lo que le
diferencie de la competencia, así que copiar a otros no otorgará una ventaja exclusiva y además
no va a funcionar en términos de la cultura de la empresa, ya que es más que probable
que no se adapte a la manera de hacer las cosas.
La cultura resultante es un subproducto de los comportamientos que
colectivamente se ponen en juego por lo que se necesita estar absolutamente
seguro acerca de los comportamientos específicos que harán que la innovación tenga
éxito.
Por supuesto, existen denominadores comunes en todos los negocios y esa es
una de las cosas que ayuda pero son los matices que son específicos de una organización,
su cultura, lo que la hacen única y donde se produce la diferenciación.
Por tanto, para impulsar la innovación hay que asegurarse de que la estrategia
de innovación ha entendido completamente las actitudes, los valores, las metas
y las prácticas que impulsan la innovación de forma única dentro de esa organización
particular.
Otro de los contratiempos comunes es desanimarse por el ingente esfuerzo que se requiere
para orientar la cultura corporativa hacia la innovación, sobre todo desde la perspectiva
de los empleados. La mejor manera de superar esto es obtener algunas victorias rápidas,
como resultado de los cambios que se han
puesto en marcha.
El éxito genera éxito y el comportamiento comienza a definir el comportamiento por lo que la comunicación de los éxitos de innovación fomenta poco a poco una mentalidad de innovación en toda la organización.
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