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Mostrando entradas de abril, 2019

Biometría de voz

Más de 23 millones de internautas de todo el mundo sufren cada día el robo de contraseñas por utilizar combinaciones poco seguras, obvias e intuitivas.  Los ciberdelincuentes utilizan programas especiales que van probando claves hasta dar con la correcta (la "qwertyuiop", una de las más usadas, el programa más sencillo tarda menos de 1 segundo en desvelarla).  Tener una contraseña segura es fundamental pues detrás de ella hay mucha información. Los expertos han trabajado mucho últimamente en biometría, esto es, en las técnicas de reconocimiento basadas en rasgos conductuales o físicos.   La biometría de voz marca un momento que se considera disruptivo en el campo de la identificación. Se estima que un plazo de menos de dos años todas las contraseñas serán sustituidas por los nuevos sistemas de identificación. La voz, al ser una herramienta personal e intransferible, permite identificarse sin necesidad de recurrir a palabras clave memorizadas y simplemente

Un salto revolucionario

Las crisis y los agitados cambios en nuestro entorno muy a menudo abren las puertas de nuevas oportunidades para la innovación - si tenemos ojos para verlas.  Hasta la década de 1960, los saltadores de altura de élite utilizaban básicamente tres técnicas para tratar de superar el listón: el rodillo lateral, el rodillo ventral o el salto de tijera. Todas ellas se caracterizaban por dar la oportunidad al saltador de aterrizar sobre sus pies (o por lo menos de hacerlo con mucho cuidado en el suelo) una vez que el salto se había realizado.  Esto era esencial para evitar lesiones dado que la mayoría de superficies de aterrizaje en ese momento eran de arena dura, de serrín o de esteras amontonadas.  Sin embargo, durante la década de 1960, el advenimiento de las más suaves superficies de espuma en la zona de caída de los saltos de altura minimizó esa preocupación por los aterrizajes seguros. El deporte de salto de altura estaba maduro para la innovación. Dick Fosbury no lograba d

Engañar al cerebro

Está comprobado que las palabras que nos decimos a nosotros mismos, y también a los demás, tienen un gran poder.  Algo parecido sucede con la creatividad. Si uno piensa que no es creativo, probablemente tenga razón. De hecho, la manera en que nuestra mente suele funcionar representa un serio impedimento para conectar con el mundo creativo. Estamos acostumbrados a utilizar la lógica, la racionalidad, a pensar en términos de ideas encadenadas donde un pensamiento sigue a otro, a utilizar palabras para nombrar, describir y definir. Y así es como nos enseñan a pensar (y pensamos) prácticamente desde que nacemos.  Este tipo de pensamiento (vinculado en exclusiva a una parte concreta del cerebro: el hemisferio izquierdo) no tiene nada de malo en sí mismo.  Pero cuanto más utilizamos esta parte del cerebro y esta manera de pensar más se convierte en forma de pensar dominante. Y necesariamente esto conduce a una infravaloración de las (enormes) potencialidades del hemisferio d

Formular hipótesis

La palabra hipótesis viene del griego “ hipothesis ” e implica la acción de suponer, fundamentar, colocar una base debajo. La hipótesis supone una explicación provisional que necesita ser comprobada pero, que al mismo tiempo, anuncia en cierto modo una posible solución de un desafío. Cuando los científicos realizan suposiciones y plantean hipótesis buscan cómo justificarlas. Este es un paso crucial en la metodología científica. Alguien dijo que las hipótesis son como redes que, una vez lanzadas, tarde o temprano van a ayudarnos a encontrar algo. Formular hipótesis es buscar explicaciones probables y posibles, y aproximarse a una respuesta. Ello significa ser muy consciente de que es perfectamente factible encontrar más de una posibilidad. Formular hipótesis es una habilidad fundamental para el pensamiento creativo. Conviene por tanto acostumbrarse a considerar una variedad de posibilidades que puedan resolver cualquier desafío. Por eso, es fundamental concebir la mayor cant

Observar y preguntarse

A menudo, las soluciones más simples se hallan frente a nuestras narices. La observación es casi siempre el primer paso en la creatividad y en la innovación. Ahí tenemos el caso de Isaac Newton cuando desarrolló su ley de gravitación universal, al observar cómo una manzana caía del árbol sobre el que estaba recostado y le daba de su la parte superior de la cabeza, obligándolo a considerar por qué las manzanas siempre caen hacia abajo.  O el de George Mestral, ingeniero suizo, que empezó a preguntarse por qué unas semillas de una planta se enganchaban constantemente a su ropa y al pelo de su perro. Como sabes, al preguntarse si ese mecanismo podía convertirse en algo útil, inventó el Velcro. Los ejemplos son numerosos. Y en todos los campos. La creatividad puede por tanto inspirarse observando el entorno y las situaciones que experimentamos día tras día. Lo cual significa que las posibilidades son ilimitadas. Estate alerta. La creatividad no es predecible; puede ve

Imaginar

Muchas veces, la solución más fácil a un desafío ni siquiera la hemos imaginado. La experiencia es útil, nos enriquece y hace que las organizaciones y las personas mejoren. Sin embargo, si uno no es capaz de cambiar su punto de vista y ser disruptivo, puede verse bloqueado o superado ante determinados problemas. Por eso, potenciar las habilidades creativas es algo fundamental.