Músicos, escritores (ahí tenemos a Salinger), pintores... de todas las épocas han decidido no rivalizar con nadie a la hora de crear. Su pasión consistía en enfrentarse a un reto creativo, en expresarse a través de un soporte concreto, en crear por crear.
Un caso relevante es el de Grigory Pedelman. Este ruso dio respuesta a uno de los problemas matemáticos más complejos del milenio: la conjetura de Poincaré. El problema, establecido en 1904 por el matemático francés tenía que ver con la naturaleza del espacio tridimensional.
Cuando Grigory dio cumplida respuesta en 2003 el Instituto Clay de Matemáticas le quiso premiar con un millón de dólares por la trascendencia y dificultad de la solución (al fin y al cabo llevaba más de un siglo sin encontrar una solución), pero el matemático ruso se negó a aceptar dicho premio.
Tampoco le han interesado las numerosas ofertas de trabajo que ha tenido ni se ha prestado a las numerosas entrevistas que le han solicitado. Toda una declaración de principios...
Para saber más de la conjetura de Poincaré puedes consultar este enlace: La conjetura de Poincaré - Revista Mètode (metode.es)
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