Tatuarse es una práctica controvertida. Unos se inician en decorar su cuerpo con distintos motivos (sea en una sola tinta o en distintos colores); otros, añaden tatuajes a los que ya tienen en diferentes partes del cuerpo. Por su parte, el colectivo médico disiente sobre los nocivos efectos que la tinta puede llegar a tener en el organismo. En todo caso, el tatuaje está de moda.
Tal vez aprovechando esta tendencia, el prestigioso MIT ha creado un tatuaje con biosensores con una tinta especial que cambia de color según los niveles de azúcar del usuario.
Los investigadores han desarrollado tres tintas especiales para avisar al usuario su estado de salud. Así, cuando el color del tatuaje cambia de azul al marrón significa azúcar elevado, mientras que cuando el tono rosa se convierte en morado indica un elevado pH. Un tercer sensor detecta los niveles de sodio. Éste cambia en la intensidad del color verde y sólo se puede ver a través de la luz ultravioleta.
Todos estos datos son cruciales para las personas con diabetes tipo uno y dos. Ellos necesitan medirse con mucha frecuencia la glucosa en la sangre.
Los investigadores señalan que, con el tiempo, esta aplicación se utilizará para crear diseños únicos para los usuarios.
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