La innovación disruptiva puede definirse como la introducción de nuevos productos, servicios o modelos de negocio que cambian el mercado existente o crean nuevos mercados. Una necesidad en todas las empresas que se ha incrementado en la era digital que vivimos.
Ahora bien, ¿es posible alentar la innovación disruptiva desde estructuras y principios que pertenecen a la era industrial?
Es evidente que la gestión habitual de las organizaciones actuales no puede llevar a término con éxito los proyectos de innovación disruptiva. Las formas de trabajo y las métricas son totalmente diferentes.
Por ello, es fundamental que desde el inicio se definan y se aclaren quién va conformar el grupo de personas que dirija los proyectos de innovación (su número, su perfil, a quién reporta, ...) y también sus funciones.
Sin este decisivo primer paso, el ADN de la empresa prevalecerá y hará difícil que progrese cualquier proyecto disruptivo.
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