Muchas organizaciones están estructuradas para resolver problemas. El día a día es un continua carrera para apagar fuegos y lo importante deja de tenerse en cuenta hasta que adquiere la categoría de urgente.
Este ritmo frenético genera una especie de adrenalina que también engancha.
Sin embargo, este modelo está basado en la seguridad, en la estabilidad, en lo fácil, en la aversión al riesgo y en actuar siempre desde la zona de confort.
Existe otra opción: enfocarse en crear resultados. Ello implica actuar con sentido y en una dirección concreta para materializarlo. Es el formato maratón (en lugar de vivir en un sprint continuo) que posee una mirada larga y las metas claras.
La empresa generadora de resultados se retroalimenta y es exponencial dado que al no perseguir la estabilidad como la primera, supera el status quo y busca el crecimiento a todos los niveles.
Y ahí surgen los resultados en mayúsculas porque la colaboración, el compromiso y la creatividad liberan la mejor versión de cada persona.
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