Sin los pájaros, no existirían los aviones. Los submarinos se inspiran en los peces, incluida su vejiga natatoria. Los helicópteros tienen una apariencia las semillas voladoras.
Los pulpos inspiraron a las ventosas quirúrgicas. Muchos pegamentos plagian a las salamandras. Las agujas copian a los aguijones de las avispas. Las baterías se inspiran en anguilas eléctricas.
Y tenemos también el caso más relevante y poco citado de ingeniería inspirado en la naturaleza: el de las redes neuronales artificiales que sustentan los sistemas de inteligencia artificial.
Efectivamente, estas redes se inspiran en la estructura de nuestro cerebro. Su núcleo básico inspira a la neurona, con sus diversos inputs (imitación de las dentritas) y su procesamiento para generar un solo output (a imitación del axón).
Sin la madre naturaleza, las ideas hubieran escaseado.
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