Ahí está el ejemplo del ascenso meteórico (y la posterior caída) de WeWork. La empresa arrasó en el mundo del coworking, expandiéndose a un ritmo vertiginoso. Pero esta velocidad se produjo a costa de una dirección estratégica sólida. El enfoque de WeWork en un crecimiento rápido olvidó la necesidad de prácticas empresariales sostenibles y de rentabilidad.
Por contraposición, la historia de Amazon muestra el poder de la dirección estratégica sobre la velocidad. Amazon empezó como una librería online y adoptó un enfoque deliberado y centrado en el cliente para ampliar su oferta. Esta previsión estratégica permitió a Amazon convertirse en el gigante del comercio electrónico que es hoy. Su enfoque metódico garantizó la construcción de una infraestructura muy potente capaz de soportar su enorme escala, priorizando la dirección sobre la aceleración desmedida.
Kodak, un nombre que en su día fue sinónimo de fotografía, es un ejemplo clásico de estancamiento debido a una dirección equivocada. A pesar de ser pionera en la fotografía digital, la empresa no consiguió variar su modelo de negocio, aferrándose a sus productos tradicionales de película fotográfica. Este desajuste con la dirección del mercado provocó la caída de la empresa, lo cual pone de relieve que avanzar en la dirección equivocada, aunque sea lentamente, puede tener consecuencias devastadoras.
Microsoft es un caso de éxito de recalibración de la dirección para lograr éxito en el futuro. Bajo el liderazgo de Satya Nadella, Microsoft cambió su enfoque del software tradicional a la computación en la nube. Esta reorientación estratégica ha puesto otra vez a la empresa en el candelero. .
Centrarse en la dirección correcta contribuye, en consecuencia, a crear valor a largo plazo, ya sea a través de la innovación, la satisfacción del cliente o el liderazgo del mercado.
La clave por tanto es centrarse en las pocas cosas que va a tener el mayor impacto.
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