Aunque muchos hemos mencionado repetidamente que vivimos un entorno VUCA (ya sabes, Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), lo cierto es que las disrupciones se entrelazan con las continuidades.
Crear algo cuesta pero concretar esa creación (innovar al fin y al cabo) cuesta mucho más. De hecho, muy pocas innovaciones pasan de los cinco o diez años.
¿Dónde está la impresión en 3D ahora? ¿Qué futuro tiene realmente el coche eléctrico? ¿Han sufrido mucho los bancos con el lanzamiento en su día del blockchain? ¿Qué impacto tendrá de verdad el metaverso?
Nadie puede negar el impacto que está teniendo la disrupción tecnológica en muchos sectores pero algunas cosas llevan su tiempo y quizá convenga darse cuenta que idear tecnología es mucho más sencillo que cambiar a las personas y a las culturas corporativas.
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