¿Qué significa ser un genio? La genialidad va más allá del intelecto incluso del célebre momento Eureka, señala Craig Wright en su libro "Los hábitos secretos de los genios".
De hecho, las ideas brillantes que cambian el mundo nunca son repentinas, sino que son el resultado de una larga gestación cognitiva y de un modo de pensamiento único.
Después de estudiar a muchos genios de la historia, Wright concluye que el genio se hace. Aunque no existe un patrón que se repita. Mozart y Leonardo tienen desde pequeños una predisposición al triunfo que no se atisba en Hawkings, en Picasso o en Beethoven.
Tampoco parece que el intelecto sea algo crítico. Aunque, claro, ¿cómo podemos medir el intelecto? ¿Y el de personas que han muerto, como Shakespeare?
¿Cuáles son las probabilidades de que una niñera acabe siendo Premio Nobel de Física (Marie Curie)? Y esa genialidad, ¿se hereda? No parecen existir, dinastías geniales...
Wright resalta que la definición de genio va cambiando históricamente y avisa que lo mismo sucederá con la suya. Para él, un genio es una persona de poderes mentales extraordinarios cuyos trabajos originales o cuyas percepciones cambian la sociedad de forma significativa, para bien o para mal, más allá de las culturas y del tiempo.
Entre los hábitos de los genios recalca dos: el esfuerzo y la perseverancia. Y da los ejemplos de Einstein (dos años hasta dar con su idea más feliz), de Tesla (siete años en idear el motor de inducción) o de Loewi (que tardó 20 años en demostrar que el impulso nervioso se transmite a través de la acetilcolina).
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