Recientes estudios han tratado de comprender las diferentes reacciones que produce la curiosidad cuando ésta de da en el lugar de trabajo.
Las investigaciones concluyeron que muchos jefes suelen considerar a los empleados curiosos como "insubordinados" y, por tanto, menos simpáticos.
Sin embargo, los empleados curiosos que tenían ciertas habilidades políticas no eran vistos en absoluto así.
Existe una distinción entre la curiosidad constructiva, que consiste en buscar información, conocimiento o aprendizaje haciendo muchas preguntas provocadoras que no tienen respuestas fáciles, y la curiosidad no constructiva, que consiste en buscar información, conocimiento o aprendizaje haciendo demasiadas preguntas y preguntas con respuestas fáciles.
Estas conclusiones tienen implicaciones tanto para los directivos, que deben asegurarse de no "marcar" a los empleados que expresan curiosidad constructiva, como para los empleados, que deberían asegurarse de no incurrir en una curiosidad que no sea no constructiva.
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