Cuando se produjo la fusión de una empresa aseguradora con otra del mismo sector, los empleados se mostraban preocupados y muy cautelosos. Por ello, la compañía ideó una "campaña de la amistad". Inicialmente, se aplicaría a una sucursal y la subdirectora de Ventas y Marketing fue la encargada de promover la citada campaña.
A ella precisamente se le ocurrió el que una sonrisa fuera la que subiera los ánimos a la gente y, con esta idea en mente, contactó con un dibujante que contaba con su propia agencia de publicidad.
Harvey Ball, el publicista en cuestión, diseñó un dibujo con una amplia sonrisa y posteriormente añadió los ojos, dado que si se giraba aparecía una mueca tristona. El dibujo pasó a ser una cara sonriente y, para humanizarla, pintó un ojo más grande que otro y la coloreó de amarillo para que así recordara al Sol.
Había nacido el "Smiley" (sonriente).
El dibujo gustó tanto que lo reclamaron empleados de todas las sucursales de la empresa. La sonrisa se expandió más allá de la compañía aseguradora y, en 1970, los hermanos Spain registraron una versión modificada y añadieron la frase "Have a nice day". Vendieron 50 millones de caritas sonrientes en sus dos tiendas de tarjetas de felicitación.
Un par de años después, un periodista francés registró la marca Smiley para su uso comercial y empezó a utilizarla para destacar las buenas noticias del diario Soir.
Lo demás es historia. Aunque su uso decayó posteriormente, en los años ochenta volvió a verse impulsado como símbolo del acid house. Quizá recuerdes que el grupo Nirvana hizo una versión de él para su logo y también que el símbolo tuvo alguna relación con las pastillas de éxtasis...
Y desde ahí al estrellato. Baste recordar que en 2015, el emoji que llora de risa fue considerado, para el Oxford Dictionary, la palabra del año.
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